viernes, 26 de diciembre de 2014

Intimísimos...

                      
Y así, poco a poco, casi sin darnos cuenta y de manera inconsciente...
"Nos estamos quedando solos"

Sí. Nos estamos quedando solos.

Solos 

En un mundo lleno, de gente, de opciones, de oportunidades.

Aislados

Tremendamente inmersos en nuestro Yo inicial.  Ese Yo que siempre hemos criticado de los demás y que ahora se ha convertido en nuestro propio día a día.
Solos, en un mundo en el que aunque vivimos rodeados de personas distintas, nos vamos quedando encerrados en nuestro YO. Y absolutamente Yo.

Estamos en contacto con muchas personas a diario y aún así estamos solos. Solos, porque aunque creemos que esas personas nos hacen compañía, no son una compañía verdadera. Sentimos que nos acompañan, que es distinto, todos sabemos que la compañía es con personas alrededor. Y si miramos a nuestro alrededor no vemos a nadie más que a nosotros, solos.

SOLO A TI...

¿Y? ¿Dónde quedan los abrazos, las caricias, los besos, la voz, las miradas sinceras?

Hemos entrado en un mundo creado para el individualismo. Donde hemos perdido el respeto por las personas, por nosotros mismos. Vamos informando nuestros estados y emociones porque estamos solos para llamar así la atención de esas otras personas que viven en soledad. Hemos creado vínculos a veces dañinos, porque hemos inventado una vida paralela a la nuestra, que tal vez sea la que no hemos vivido o tenemos idealizada, y ¿qué más da? En este nuevo modo de vida se puede mentir o enseñar solo aquello que queramos que vean. ¿Qué más da? Si en este modo de vida con no contestar ya solucionas todo y no te cruzarás la "vista" con esa persona o personas que un día dieron carpetazo y punto final a una amigable o amistosa relación, en la que dejan latente la necesidad de otras personas para satisfacer su propio Yo.

Y así, todo es YO.

Y hay personas como yo, que aceptan la soledad sabiendo que es necesario tener compañía, poder compartir bonitos y divertidos momentos, tristezas, llantos, deseos y esperanzas. Pero también soy de las personas que creen en el ser selectivo y encontrar a esas personas con las que compartas todo a partes iguales.

RECIPROCIDAD...

Huimos del dolor hacia la soledad, que es nuestra amiga fiel y que también toma su recompensa.
Y nos volvemos solitarios, celosos de nuestras cosas. A veces malhumorados.
Nos acostumbramos a que esto sea así, donde y cuando yo quiera. Y durante el tiempo que me apetezca. Y así nos volvemos exigentes. Porque también nos acostumbramos a la inmediatez de esa otra gente del "otro lado", con quien mantenemos algo en común, Soledad. Y entablamos una relación tan fuerte, que vivimos en el mismo horario, en el mismo sueño... en sus problemas y nos hacemos dependientes, algo de lo que siempre huimos y en lo que caemos una y otra vez. Pero como decía antes nos hacemos "compañía" y nos mantenemos aislados. Aislados de nuestras vidas, que nos parecen (y digo, nos parecen, porque realmente es lo que llegamos a creer y no es verdad) absursas, vacías, sin metas, sin nada por quien o por lo que luchar. Aislados de nuestros  problemas, aislados de nuesta rutina habitual, metiédonos en la rutina de otras personas que rellenan tu espacio, ése que hemos construido en soledad y que nos fue aislando de lo que teníamos alrededor.
No todos somos iguales, y no por eso nos vamos a quedar solos, encerrados en nuestra burbuja donde creemos que nadie nos hará daño.

Huimos del dolor hacia la soledad, que es nuestra amiga fiel y que también toma su recompensa.
El daño que de una forma u otra nos proporcionamos a nosotros mismos condenándonos a vivir así.

Pero tampoco estoy en contra de la Soledad. A veces, es buena para aprender a conocernos. Para saber qué queremos, que necesitamos o no, para nuestro día a día. Para nuestra vida presente y futura. Para tener espacio suficiente y desarrollar la espera y la paciencia. El amor hacia ti mismo. A valorarte.
Nos sirve para recapacitar sobre aspectos de nuestra vida pasada que hace nuestro presente y así saber actuar adecuadamente en un futuro.
Creo que aprender a vivir solo, nos enseña también a convivir con los demás, porque creo que a lo que aprendemos en Soledad, es a ser Fuertes.

La verdad es que llegar al final de este post, me ha resultado complicado. Sé que sois muchos quienes formáis parte de este pequeño lugar y quería expresarme de forma correcta para que no parezca una crítica. En absoluto lo es. Es un simple pensamiento con el cual se puede o no estar de acuerdo. Una simple reflexión.
Tal vez sea un punto de encuentro a diversos puntos de vista que podemos poner en común.

Todos, siempre, tendremos algo que decir

De acuerdo o no, podemos expresarlo y abrir tal vez una nueva línea que aún está llegando a este lugar. Compartir.
Aquí podéis expresaros con tranquilidad, naturalidad y confianza.
Este espacio, es ese pequeño lugar de nuestra mente que piensa en silencio, con intimidad.

Una vez más, GRACIAS. Así de grande porque ya hemos cumplido un año de momentos, sensaciones y sentimientos.
Sí, sé que me repito constantemente, pero siempre estaré agradecido de saber que estáis ahí, que leéis y que a muchos os sirve para parar un momento, y reflexionar sobre vosoteos mismos y vuestros sentimientos. Ésos, que en ocasiones dejamos a un lado y que es muy necesario tener e cuenta día a día y cuidarlos.

Un lugar mío, tuyo, vuestro...
De todas las almas sensibles de este infinito pero tan pequeño mundo.

Miky