martes, 11 de febrero de 2014

Quién...

...a veces con lágrimas, y otras con los ojos completamente fríos... a veces con alguien y otras con una profunda soledad...
 
Te levantas y te preguntas quién eres cuando te miras frente al espejo del baño. Y el espejo te devuelve la imagen de alguien que a tus ojos es totalmente ajeno a ti y vuelves a preguntarte ¿quién eres?
Y mirando profundamente a tus ojos reflejados en el espejo, empiezas a buscar dentro de ti intentando volver a ver a quien fuiste ayer...
El que hacía sonreir, el que hacía feliz, el que creía bastarse solo para que esa persona sonriera y no le faltase de nada. 
El que en la tristeza buscaba la alegría y en la debilidad ponía toda su fuerza. EL que no tenía miedo de nada y el que mentía en todo eso, porque quizás nunca fue tan fuerte y siempre tuvo miedo.
El dolor se lleva, pero también se expone. El dolor se lanza sobre los demás. 

Tu dolor duele...

Te duele a ti, pero les duele más a los demás y no quieres. Y mientras hieres más hieres y más y más... Y mirándote al espejo solo ves un ser sombrío, triste y sin ganas de sonreir jamás. 
Pero también duele, porque no estás solo y tienes que sonreir y hacer felices a los que te rodean. Y te caes y te levantas y te callas y te exiges... Y tienes que dar más que los demás pero has perdido la razón y ya no sabes como hacerlo. Y te exiges, aunque nadie te lo pida. Aunque siempre te repitan lo mismo, aunque tu dolor les duela y sigan ahí, de forma incondicional, poniendo una sonrisa y mirando hacia delante cuando tu solo eres capaz de mirar hacia atrás, porque piensas que ayer fuiste más feliz, que hoy estás así y mañana ¿qué vendrá? 

Mañana... 
Y cito textualmente a Escarlata O'Hara: [...]pensaré en todo esto mañana... después de todo, mañana será otro día.[...] 

También quiero citar la letra de una canción que para mí es un símbolo. La canta una gran creadora de emociones... y que describe muy bien la sensación que intento explicar, cuando no sabes quién eres...

[...] y te levantas, enciendes la luz y te parece que hiere. Y te bañas y al caer el agua te parece que empapa de más... no estoy hecha para mí.
En cambio cuando te miro todo cobra sentido, y si vale la pena es por TI. [...]

Así es, todos tenemos o tendremos la suerte de tener a esa persona, a la que miras y te devuelve todo lo que eres, porque a pesar de que sufre y siente el peso de tu propio dolor, se mantiene ahí contra viento y marea. Haciendo frente a la tempestad. Dando todo de si, para verte sonreír.
Suerte para quienes lo tenemos y gozamos de ello. Suerte porque quienes no lo tienen porque un día lo encontrarán y se mirarán en esa persona que día tras día, dará su vida por ti.

Y te preguntas ¿quién eres? 

Y sino encuentras respuestas en ti, mírale a los ojos y siente el calor de su mirada. Apóyate en sus brazos que a pesar de su debilidad, se tornan fuertes para sostenerte. Porque es el amor que siente hacia ti, el que le hace sacar fuerzas para luchar.

"Tan solo mírale. Te dirá quien eras, quien eres y quien serás..."

De nuevo gracias a todos por vuestro inmenso e incondicional  apoyo a este pequeño espacio, que citando a una de mis lectoras, sé que a much@s os reconforta leer
Porque sé que somos muchos, todos, quienes sentimos y quienes vivimos momentos parecidos.
Es muy significativo que seamos tan diferentes, pero que en el fondo sintamos igual.

Gracias porque vosotros hacéis posible una vez más este lugar llamado, momento.

Un lugar mío, tuyo, vuestro...
De todas las almas sensibles de este infinito pero tan pequeño mundo.

Miky