miércoles, 8 de enero de 2014

Miedo...


Paralizados, pensativos, indecisos, confundidos... así es como nos deja el miedo. Y ¿cuántos de nosotros no ha sentido, siente o sentirá miedo.? Seguro que si buscamos dentro de nosotros, reconocemos muchos momentos en los que el miedo nos ha invadido... elegir sobre nuestro futuro, enamorarnos, continuar o abandonar un sueño. Sueños... algo sobre lo que mantendremos una conversación en otro momento. Porque el miedo, va unido a los sueños,  a las ilusiones... 
El miedo nos duele, nos golpea, nos alerta y no nos deja avanzar. A veces nos hace abandonar y tomar decisiones precipitadas o tal vez tardías.  El miedo nos paraliza y nos crea incertidumbre. Busca... tu también lo has sentido... lo sientes ahora...
Ha formado parte de nuestra educación. Nos han enseñado el lado oscuro de las cosas, nos han prevenido sobre esto y sobre aquello. Y jamás nos han dado la parte buena. Y finalmente creces con el miedo casi hasta de salir de tu cama, donde nada te puede pasar. Errores de la vida. El miedo es una semilla que pusieron en nosotros desde el principio de los tiempos. Desde que "El Paraiso" dejó de serlo y se convirtió en la "Jungla" en la que habitamos hoy. Pequeñas semillas que riegan con ansias para que crezcan sin parar y así hacernos débiles y manejables.

                                                           Y cuando viene el miedo... 

Ese momento, te crea esa horrible sensación de angustia y ese no saber que hacer ni como pararlo. Sí, sabes que está ahí pero no puedes escapar sin que deje una huella en tu alma.
Te hace hacer y decir cosas que no tienen sentido ni razón pero ahí van y ahí quedan... convirtiéndose en dolor.
Porque el miedo y el dolor van cogidos de la mano. Y es muy doloroso sentir miedo. Porque esa angustia te deja ver la soledad, la tristeza, el abandono, puertas cerradas a tus ya tomadas decisiones. Te deja ver el miedo y tantas clases de miedo... Miedo al fracaso, al abandono, a la soledad, al olvido. A la compañía. A sentir. A decir... A tomar decisiones equivocadas.

Miedo... miedo... miedo...

No te deja pensar con claridad y cuando pasa, te deja destrozado. Con una sensación absoluta de vacío. Entonces empiezas a replantearte todas las decisiones que ya habías tomado. Y sufres, lloras, golpeas, pataleas... y solo quieres correr y desaparecer porque tu miedo te hace daño a ti y también a quien te rodea. Y en ese momento no nos damos cuenta que quien nos rodea ama nuestros miedos, lucha junto a nosotros con nuestro dolor y sufre sin condición buscando la forma siempre de reconfortarnos.
La mayor de las suertes es sentir miedo y no estar solo, porque ese alguien que está a tu lado, va a luchar contra viento y marea para sacarte de ahí. Y no hay nada más bonito que sentir el miedo juntos.
Ya veis... hasta el miedo tiene una parte buena.
Si sientes miedo, busca a esa persona que camina contigo y abrázate fuerte. Cierra los ojos y siente su respiración, el latir de su corazón. Deja tu mente en blanco y piensa que todo pasará y que en sus brazos nada malo te va a ocurrir.  

"...tranquilo/a todo irá bien, siempre juntos..." 

Sigo fascinado con tantas visitas. Verdaderamente me encuentro agradecido de saber que al otro lado, hay muchas personas que comparten sensaciones y momentos conmigo.
Gracias de verdad, a los que leéis, seguís, compartís y comentáis este espacio. 
Me encanta ver vuestros comentarios y así sé, que caminamos juntos.

Seguimos aquí, haciendo posible este espacio, mío, tuyo, vuestro...
De todas las almas sentimentales de este infinito pero a la vez tan pequeño mundo.

Miky










2 comentarios:

  1. Muy bien Miguel, veo que sigues escribiendo y contando tus experiencias en tu blog, Esta mañana me he puesto al día, que todavía no había leído las últimas entradas.
    Sigue así, besicos.

    ResponderEliminar
  2. De aquí va a salir un escritor ehhhh! Sorprende con que facilidad cuentas las cosas, un saludiño!

    ResponderEliminar